Estoy donde aletea el viento.
Esperando un velero, con el que he soñado. Lleva un fuerte mástil, poderoso, brillante e imponente. Acariciaré sus angustias, y sentiré su miedo, que se revuelve con la húmeda caricia de mis labios.
Conquistaré su timón, enloquecido por el abanicar del viento. Retorceré sus velas, me arroparán, y sentiré el vaivén de su rebeldía.
Ese velero, llegará de tierras desconocidas, hasta aquí, en el lugar donde aletea el viento.
M-Sánchez